La prevalencia de
hipotiroidismo (de grado I a IV) es probablemente
superior en pacientes con depresión resistente al tratamiento que en
otros pacientes deprimidos. El hipotiroidismo también puede ser más
prevalente en la
depresión aguda que en la crónica. Los pacientes con
hipotiroidismo y episodios previos de depresión son más propensos a
presentar una recidiva, incluso con síntomas depresivos más graves,
cuando se suspende el tratamiento hipotiroideo. En pacientes con
trastorno bipolar, el hipotiroidismo se asocia con cambios rápidos de
fase y una escasa respuesta al tratamiento. Aunque la disfunción
tiroidea puede desencadenar un episodio de depresión, dicha disfunción
también modifica la evolución y la respuesta terapéutica de los
trastornos del estado de ánimo. Además, el hipotiroidismo puede
reagudizar una diátesis genética a la
depresión. Los
signos y síntomas
del hipotiroidismo son casi idénticos a los de la
depresión.